Claudio Caamaño Vélez/claudiocaamano@gmail.com
ATMÓSFERA DIGITAL, SANTO DOMINGO.- En un país donde las
organizaciones políticas se resisten a aplicar a sus procesos internos los
principios de la democracia que enarbolan, el Partido Revolucionario Moderno (PRM) se
alza como un ejemplo a seguir, planteando un reto para las demás
organizaciones.
Este partido puede tener sus sombras, pero sin duda, también
está mostrando las mayores luces.
El PRM tiene un compromiso no solamente con su militancia,
sino con todo el país. Su convención, además de fortalecer su democracia
interna, fortalecerá la democracia dominicana. Razón por la cual exhortamos a
la dirigencia y la militancia de esa organización a evitar que ese bello
proceso se vea empañado por egos o intereses malsanos; que esa fiesta de la
democracia no se vuelva una guerra interna.
Lo trascendente no es quién quede en la presidencia o la
secretaría general, sino que ese partido mantenga la unidad y la armonía que le
permitan encabezar un frente opositor para la toma del poder en la República
Dominicana. Lo importante no es quién maneje el barco, sino que todos lleguemos
a buen puerto.
Millones de dominicanos padecen cada día las inclemencias de
un Estado fallido. Acabar con el secuestro impuesto por el PLD no admite más
demora.
Luego de esta convención, bautizada con el nombre de Claudio
Caamaño Grullón, el PRM no solo será la principal fuerza política de oposición
(cinco veces más grande que el resto de la oposición en conjunto); también será
la organización política más democrática del país, siendo la única con una
dirigencia sometida al escrutinio de las bases.
Han querido deslucir este proceso, alegando la existencia de
“líneas”; pero lo fundamental es que se respeten los principios del sufragio:
que sea libre, voluntario y secreto.
¡Adelante perremeístas! El cambio político de la República
Dominicana está ahora en sus manos. Es momento de ponerse a la altura de las
circunstancias. Éxitos en la Convención, y que triunfe la democracia.
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